LA CASA DE LOS MIL DEMONIOS

Ella, chula, madrileña hasta los huesos, de tono, de acento y en gestos. Vestía de negro elegante y esvelto. Llamativa como las italianas de medianoche. La poca luz del antro era reflejada en sus ojos como faros en la oscuridad de aquellos que se atrevían a resistir su mirada. Soberbia y segura en cada movimiento. Bailaba con un amigo de un amigo de mi amiga. Él estaba hipnotizado, fluyendo con los movimientos de ella. Ambos eran seres inusuales. Los ojos de él sobresalían a juego con su boca desmedida. Lo que en otros hombres se vería como proporciones exageradas, en él formaban una complexión perfecta, seductora. Mientras bailaban se insinuaban deseos al oído. Noemi, mi amiga, que no veía desde hace años, consiguió interrumpir el hechizo ofreciéndoles un porro. Ellas intercambiaron palabras. Él y yo nos miramos. Había algo en sus ojos y en su sonrisa estática que no era capaz de descifrar. ¿Qué corría por sus venas? Eran las 10 de la mañana. La pastilla que había tomado comenzó a subirme. Ella giró su cuerpo con soltura y me ofreció con su uña un polvo desconocido. Noemi ya había entrado en el juego. Me negué de primeras. —Es nexus —dijo ella. El gesto de brazo de Noemi, me ordenaba y me decía, pa dentro, déjate de tonterías. Acerqué mi nariz y me preparé para lo desconocido. En círculo, volvimos a la danza ritual del tecno. 

El antro estaba camuflado en los bajos de un bar del centro. Afuera, había una terraza de dos filas. Dentro, al fondo, se veía una barra con forma de L, más mesas y al lado de una máquina tragaperras, una escalera. Bajando se llegaba a los baños ruinosos, con charcos de agua, oliendo a papel mojado y humedad. Detrás de los baños había una puerta de metal. La típica puerta que uno ignora sabiendo que estará cerrada o que tras ella solo se encuentran trastos y suciedad. Noemi abrió la puerta. Llevaba a un pasillo con garrafas de gas vacías y sillas apiladas, que hacía de chillout. Retumbaban los bombos electrónicos. La densidad del ambiente y el olor a tabaco comenzaban a sentirse. En una esquina, unas sombras se reían entre la luz de los porros. Saludo, diez euros y adentro tras la segunda puerta de metal. Un golpe sonoro y caluroso se mezcló con la niebla de nicotina y THC. La luz tenue, azul por un lado, apenas se distinguía de donde procedía. Al fondo, otra luz, roja. Difuminaban los rostros, las figuras y el fondo, como una marina impresionista. En ese momento fue cuando vi por primera vez a la ninfa y al fauno. Bajamos los tres escalones y comenzamos a bailar junto a ellos.

El nexus tardó su tiempo en hacerme efecto. Mi percepción comenzó a cambiarme. El fauno y la ninfa se derretían en una sola substancia. Los brazos de ella se elevaron. Parecía que comenzaban a bajar, cuando en realidad era su cuerpo descendiendo. Uno vino por detrás y la sujetó junto al fauno. Otro más alto apareció y entre los tres se la llevaron fuera de la pista como si no pasara nada. No entendí que sucedía. Los tonos y siluetas comenzaron a mezclarse con el humo, solidificándose como polímeros de la cuarta dimensión fusionándose unos con otros. Noemi me miró con los ojos abiertos a más no poder y me dijo: —Vaya pedo que llevo—. Los sonidos del tecno nos envolvieron. Ella se agarró al altavoz siseando con su cuerpo, emanando sexualidad. Por un momento me convertí en fauno, imaginándome fundido con ella. Pero no pude, algo me detuvo. El tecno bajó a una atmósfera oscura y a su vez el antro se volvió un abismo de sombras en donde el suelo, las paredes y el techo estaban unidos en una misma dimensión espacial. Todo era techo, todo era pared, todo era suelo. Sentí vértigo. Cerré los ojos e inspiré intentando controlar mi percepción. Al espirar y abrir los ojos me encontré en la casa de los mil demonios. Me observaban con todo tipo de expresiones que juntas formaban una mueca astuta. Una mueca que dijo en silencio: —Sin palabras, te conocemos—. Sus ojos atravesaban mi piel, mis órganos, mis huesos, mis entrañas y mi alma. Veían mi sufrimiento, el de hoy, el de ayer, el de siempre. El de esta vida, mis vidas pasadas y las vidas del mañana. Mi sufrimiento, el tuyo y el nuestro. Desde que la conciencia se despertó en la humanidad hasta el último momento. Sentí un dolor que rasgaba quemando cada célula de mi cuerpo. Me vi a mí mismo ahogado en el fondo de un lago viscoso de sangre cálida coagulada. Aguanté la respiración nadando a la superficie. El cielo era negro apuñalado con estrellas rojas que se movían lentas, como lágrimas sangrantes. Inspiré. El dolor se volvió ajeno, distante, disperso. Espiré, cerrando los ojos. Algo cambió en mi. Percibí lo que sucedía como si fuera un documental de guerra, mostrándome los rostros desfigurados de los que lloran ante los cadáveres de cera y pelo, deformados por el napalm. La piel quemada no tenía olor. Cerré otra vez los ojos. Me convertí en un espectador caminando por una galería, viendo a los ganadores del concurso de fotografía de World Press. Observaba desde mi cómoda distancia a las almas en pena retratadas en su sufrimiento, convirtiéndose en actores improvisando lo que nunca hubieran querido vivir. Inspiré y abrí los ojos teñidos en rojo, saturados por el dolor ajeno. ¿O acaso era el mío, el nuestro?

El tecno volvió a mi cuerpo con los bajos a 100 bpms, retumbando en ondas de profundidad, uniéndose al ritmo de mi corazón, expandiéndose desde mi pecho. Me vi a mí mismo desde dentro de mi cabeza, detrás de mis ojos. Estaba sentado junto a Noemi. Ella intentaba comunicarse, pero le faltaban las palabras, unas se juntaban con otras amasadas entre sí, sin llegar a formar algo tangible que descifrar. Yo no sabía que decir. ¿Dónde estaba? ¿Quiénes éramos? ¿Qué vida era ésta, la de antes, la de después? ¿Acaso todo había sido real? En sus ojos volví a viajar. Vi cientos de vidas cruzadas, en las que unas veces éramos de la misma familia, otras tan solo miradas perdidas. Nuestros géneros y el color de nuestra piel se mezclaban, las relaciones cambiaban.

Uno vino y me dijo que la dejara, que la estaba agobiando. Me levanté, le miré y le pregunté confundido: —¿Eso crees?

¿Qué es la realidad? Busqué mi abrigo, dispuesto a encontrar los trazos perdidos que a cada momento se escapaban. Noemi estaba sentada encima. Lo intenté liberar, pero no encontré ayuda. Su mano me atrajo y sentí que quería que me quedara. Me senté. Miré al lugar vacío en donde se derritió la ninfa. Una serie de imágenes de lo sucedido, como si fuera un video de música pintado con oleos, surgió en mi mente. Vi al fauno entrar en la pista. Buscaba el abrigo de la ninfa. Según se iba le dije: —Cuídala.

Miré a Noemi intentando entender qué sucedía. Le dije: —Subamos a tomar algo—. Quería volver al bar, al mundo que recordaba ser real. ¿Dónde estaban la ninfa y el fauno? Mi amiga apenas pudo juntar unas sílabas para decirme: —No puedo—. Miró sus piernas y dijo: —No, no…—. Y sonrió. Bailamos sentados, como abuelos de la fiesta en silla de ruedas. Una amiga de Noemi se acercó. Le dijo algo. Sus amigas querían que se levantará y bailara. Yo no sé qué es lo que ella quería, pero algo me hacía sentir que no podía dejarla sola, aunque en realidad era yo el que no quería estar solo. Un pensamiento surgido del medio ambiente, penetró mi mente diciéndome que era un pesado. Otro me dijo, le estás dando todo el bajón. ¿Cuál era la realidad? O mejor dicho, ¿cuál era mi realidad y cuál era la realidad de los demás? Ante las dudas le dije a Noemi que tenía que subir. Arriba, uno de sus colegas la invitó a una copa. Era uno de los que se llevaron a la ninfa. Pedí una cerveza intentando volver a conectar causa y efecto en el mundo material. El bar estaba lleno de abuelos comiendo su almuerzo. Olía a tortilla recalentada en el microondas. Salimos a la terraza. Pasaban coches, transeúntes, turistas, gente con carritos, vida mundana. En la mesa del final vimos a la ninfa y al fauno. Hablaban acaramelados, como enamorados en cuento de hadas. A ella aún le brillaban los ojos, como lunas negras chocando.

Dije tanteando: —Menudo viaje te has pegado. ¿A dónde fuiste? —

Me miró sorprendida y contestó:

—Apenas me acuerdo, pero algo ha cambiado en mí, no sé—.

Le pregunté: —¿Qué tal te sientes? — .

—Rara —dijo ella—, algo me hicieron.

Un silencio surgió entre los dos que detuvo el tiempo. La conocí en otras vidas, éramos hermanas, viajeros y prisioneros. Los mil demonios nos sonreían a ambos.

—¿Te sientes bien? —pregunté.

—Sí —contestó ella—, menudo pedo niño. Aún estoy juntando las piezas. Hay vacíos que no entiendo, vi cosas raras, yo que sé—.

Él le agarró la mano y la acarició. Sus miradas eran como imanes. Noemí comenzó a hablar con ellos. Mi mente se abstrajo, indagando. ¿Qué es real y qué es ficticio?

El fauno río ante una broma de Noemí. Noto mi atención y giró su rostro con su sonrisa estática. Ellas siguieron hablando. Mantuve su mirada atravesando su piel, sus órganos, sus huesos, sus entrañas y su alma. Sus ojos vibraron, conteniendo una emoción compleja.

—Te dije que la protegieras —reclamé.

— Ya —contestó él.

La ninfa le pidió un bolígrafo al camarero. Agarró el brazo de Noemi y le escribió su número de teléfono. Se le había roto el móvil en la pista de baile. Noemi contestó con el mismo gesto.

El fauno me dijo: —Vuelvo a caer siempre en lo mismo, estoy hasta la polla—.

 Le miré creando una pausa que fundió nuestras miradas, atando nuestras almas. Observé las palabras salir por mi boca sin saber de donde procedían: —Si no te enfrentas al dolor de tu alma, les harás sentir a los demás lo que no te atreves a afrontar—.

Sus ojos comenzaron a vibrar, su sonrisa se hizo más tensa. Sonreí, uniendo mi dolor al suyo. Se relajó y nos dimos un abrazo con la energía de dos placas tectónicas chocando. A él también le conocía de vidas pasadas, le vi a mi lado sufriendo en una cárcel, éramos mujeres, los guardias sonreían con una mueca extraña.

¿Qué es este dolor que llevamos dentro? Lo heredamos y en la inconsciencia lo imponemos, contaminando generación tras generación. Uno causando al otro, volviendo a causar aún más dolor, expandiéndose como el sistema nervioso de nuestras almas unidas en un solo ser, que cuando se divide no ve más allá de víctimas y verdugos. Como si fuéramos almas atrapadas en un juego siniestro de causa y efecto. ¿De dónde viene todo esto? ¿Quién fue el primer ser humano desconectado de su medio? ¿Quién fue el que rompió el espejo al ver las lágrimas del otro y no entender que el sufrimiento es nuestro? ¿Quién fue el que traspasó la piel del otro con sus dedos, atenazándole el corazón, marcándonos con la herida que no sana con el tiempo?

La ninfa le agarró del brazo y le dijo algo al oído. Él contestó: —Ya, es que estaba esperando el momento adecuado para decírtelo—. Ella le miró dudando. Noemi parecía tan confundida como yo lo estaba. La ninfa volvió a hablar en secretos con el fauno. Cuando terminaron, ella se levantó y pidió dos cervezas y dos tintos de verano. En ese momento se dio cuenta que no tenía el bolso. Se lo habían robado. Noemi le dijo que tenía que cancelar las tarjetas ofreciéndole su teléfono. Miró al móvil y dijo: —Puto móvil. No tengo ni billetera, ni naah—. El fauno la agarró de la mano, antes de que tirara el teléfono al suelo. Ella le miró a los ojos con ternura, liberó su brazo y le dijo: —Me largo—. El fauno se quedó petrificado hasta que decidió ir tras ella. Yo aproveché para aclarar lo que había sucedido con Noemi. ¿Quiénes eran los colegas de la ninfa? ¿Quién era ella? ¿Quiénes se la llevaron? Por lo que pude entender, el único colega de la ninfa era uno de los que la sacaron de la pista, junto con el otro que era uno de los Djs. Todos se conocían unos a otros, eran parte de dos o tres grupos, más los típicos perdidos como yo. La de la puerta era colega, la dj y el dj eran colegas. Según lo presentaba, parecía un lugar seguro. Le conté lo del desmayo. Ella me dijo: — No me enteré de nada. ¿Se desmayó? Joder menuda se pilló. Yo no llegué a tanto, pero ha sido el pedo más gordo de mi vida. El humo parecía sólido con formas que se mezclaban haciendo túneles, podía cambiarlos con los dedos, y… y no sentía las piernas, buah, menudo pedo. Pero no te comas la cabeza. Te ha dado una rallada de fiesta. A ver, a lo mejor cuando se la llevaron alguno le habrá tocado algo, pero no más. No te preocupes. Si la hubieran hecho algo la hubiera liado, conociéndola, anda que no le falta carácter. Antes de que llegáramos, casi se lía a hostias con una pava. Igual no te preocupes, mañana la llamo y a ver que me cuenta. —No sé —contesté mirando hacia la lejanía por donde la ninfa desapareció. A mi mente llegó un sentimiento turbio, incierto. Recordé que estuve en la casa de los mil demonios en donde todos somos víctimas del sufrimiento del principio de los tiempos. En donde todos estamos conectados en un entramado atemporal que por un segundo creí entender antes de volver a percibirlo como caos. Lo único real era el presente y para entenderlo tenía que abrir los ojos y aceptar mi sufrimiento. Y siendo honesto, se ve que en algún momento cerré los ojos pensando que era dueño del tiempo.

Damien Melhem Quesada

Video made with the music of Benjamin Damage

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Artist: Benjamin Damage

Title: Alpha Centauri

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Artist: Shikimo

Title: Sunsets

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Como erradicar un virus: Un mundo sin poliomielitis

Foto: © Sebastian Meyer/WHO Iraq

Demian Melhem Quesada 12/07/2020

La palabra extinción, cuando se refiere al presente, tiene una connotación negativa relacionada con la avaricia y la negligencia del ser humano. Sin embargo, hay un uso de la palabra que es positivo. Aunque parezca una tarea imposible, somos capaces de extinguir de cada rincón del planeta microoganismos como los virus y bacterias e incluso los parásitos, que deterioran, incapacitan e incluso acaban con las vidas de millones de personas.

En 1980, la Organización Mundial de la Salud consiguió erradicar el virus que causa la viruela. Las únicas dos cepas criogenizadas se encuentran en laboratorios de EE.UU y Rusia. Hubo un intento político en 1990 para hacer desaparecer el virus de la faz de la tierra. En 1993 debería de haberse extinguido. Ambos países se echaron atrás. ¿Cuáles fueron las razones? Una de ellas es obvia. El virus, puede que esté oculto en algún otro laboratorio desconocido o puede que alguna de las partes no sea honesta a la hora de destruir sus muestras. Décadas sin enfrentarnos a la viruela, nos ha dejado sin memoria genética para crear anticuerpos que nos defiendan. Con un número básico de reproducción de 3.5 a 6 (R0 de la gripe es 0.9-2.1 y del COVID-19 es 3.28) y una  mortalidad del 50%, convertir al virus en un arma biológica podría tener consecuencias catastróficas. La otra razón quizás sorprenda. En el 2012 se encontraron en Siberia momias congeladas infectadas por la viruela. Más casos como este podrían surgir según avanza el cambio climático. Entre una y otra escusa, el virus se conserva en los zoológicos de microoganismos de ambos países.

La erradicación de la viruela dio esperanzas ante la posibilidad de eliminar otras enfermedades, como las paperas, la malaria, la thymosis, el gusano de Guinea y la poliomielitis.

En 1988 fue creada la Global Polio Eradication Initiative. La ONS la llamó la iniciativa de salud pública más grande de la historia. Su lema es: “Llegando hasta el último niño”. Está dirigida por la ONS, Rotary International, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDCEEUU), UNICEF, la Fundación de Bill y Melinda Gates y Gavi, la Alianza de Vacunas.

http://polioeradication.org/financing/donors/historical-contributions/

Con unos fondos de 17 billones de dólares consiguieron acabar con la poliomielitis en la mayor parte del planeta. Cuando empezó, había 1000 niños y niñas paralizadas al día. Desde entonces, gracias a la cooperación de 200 países y 20 millones de voluntarios, 2.5 millones de niños han sido vacunados.

«Nos da esperanzas. Hemos podido erradicar la polio en la India, incluso la podemos erradicar de la faz de la madre tierra… El verdadero crédito es para los 2,3 millones de voluntarios que repetidas veces vacunaron niños incluso en las zonas más remotas, a menudo en condiciones climáticas muy malas.» Manmohan Singh, expresidente de la India.

Hace 30 años la poliomielitis era endémica en 120 países. Hoy tan sólo quedan dos, Afganistán y Pakistán. Aflige la vida de las familias con pocos recursos, que necesitan a cada uno de sus descendientes para ayudarles a sobrevivir en medios de pobreza extrema. La polio es una enfermedad infecciosa que ataca al sistema nervioso, destruyendo las neuronas motoras, causando debilidad muscular y parálisis aguda flácida. Se transmite de persona a persona por secreciones respiratorias o por la ruta fecal oral, a través de aguas o alimentos contaminados. Afecta principalmente a niños y niñas de 4 a 15 años. 

Uno de los grandes obstáculos que ha tenido la iniciativa ha sido la falta de infraestructura básica de salud y transporte. Llevar las vacunas a zonas remotas con temperaturas extremas o en conflicto es toda una hazaña. La vacuna oral, que es la más usada y la más barata, necesita mantenerse a una temperatura entre 2° y 8°C.  A esto hay que sumarle los problemas de desinformación y la falta de confianza que han impedido que muchos niños y niñas sean vacunados. En algunas localidades ven con ojos sospechosos todo lo externo e incluso se considera que hay un objetivo oculto en todo lo relacionado con el primer mundo. Tampoco es fácil acceder a lugares cuando surgen enfermedades infecciosas como el Ébola o el Covid-19. Los problemas de género, también dificultan la tarea, desempoderando a las madres. Para terminar de entender lo difícil de esta iniciativa, se ha de tener en cuenta que en muchas de las zonas más pobres del planeta, los conflictos armados son tan frecuentes como los incendios estacionales.

Una vacunadora marcando a una niña que ha recibido la vacuna. ©WHO

Noora Awakar Mohammad tenía solo dieciséis años cuando comenzó a trabajar como voluntaria para el Programa de Polio en Somalia. Ha vivido una guerra civil y varios conflictos armados, que han dejado la infraestructura de salud de su país en ruinas. “Durante los años de la guerra civil, en muchas ocasiones la campaña de polio se detuvo debido a intensos combates. Tan pronto como la lucha se detenía, corríamos a las comunidades para vacunar a los niños.”

Muchas áreas son inalcanzables debido a la presencia de grupos no estatales. Estos grupos, que se oponen a la vacunación, han sido responsables de crear miedo entre los padres al difundir información errónea. “He visto por un lado a los padres negarse a vacunar a sus hijos, mientras por el otro las madres nos piden que los vacunemos. En circunstancias tan difíciles, tenemos que buscar la ayuda de líderes religiosos para convencer a los padres que se niegan.”

Vacunadoras comprobando el material. ©WHO

Zainab Abdi Usman es una comadrona en Somalia. “Durante la guerra civil, solía llevar la vacuna en un termo para mantenerla fría. La escondía debajo de mi ropa. Si los combatientes tenían sospechas, no me permitían ir a las comunidades para vacunar a los niños. Hay muchas áreas que permanecen inaccesibles.”

Reunion comunitaria para informar a los padres. © Dawood Batozai/WHO Pakistán.

Los países con niveles más bajos en igualdad de género tienen niveles de inmunización inferiores y menos equitativos. En las sociedades patriarcales, las madres se encuentran con barreras sociales y físicas que limitan sus capacidades para cuidar a sus hijos. La mayoría de las mujeres viven en completa dependencia, careciendo de los recursos y la autonomía para buscar atención médica. En estas sociedades, las trabajadoras sanitarias son más efectivas que los hombres. Ellas pueden ingresar a los hogares en áreas más conservadoras, vacunar a los niños y compartir información importante con las madres acerca de los beneficios de las vacunas.

En medio del calor extremo de la ciudad de Kandahar en el sur de Afganistán, Anis Faizy, de 24 años, se mueve con confianza entre las casas. Su objetivo es hablar con las familias que se niegan a vacunar a sus hijos contra la polio. Es oficial de Comunicaciones del Distrito para el Programa de Poliomielitis, y dirige un equipo de 56 trabajadores comunitarios.

Anis Faizy © UNICEF/Afganistán

Cuando Anis comenzó su trabajo, su padre le dijo: «Haz lo que sea mejor para ti.» Los vecinos de su comunidad, socialmente conservadora, no vieron con buenos ojos el rumbo que eligió tomar la valiente afgana. Otros le dijeron que podría ser asesinada mientras trabajaba, que no es seguro para las mujeres. Las mujeres deben quedarse en casa.

Para erradicar la polio de Afganistán, Anis cree que hay mucho por hacer. «Necesitamos mejores servicios de salud y saneamiento, más mujeres para acceder a los hogares y mejores relaciones con las autoridades locales para garantizar que las familias acepten la vacuna… Seguiré trabajando duro para que cada niño pueda caminar, asistir a la escuela y crecer sano. Es la causa de toda la comunidad para las generaciones futuras.”

El continente africano, con su subdesarrollo y recursos limitados, parecía una presa fácil para el Covid-19. Gracias a la lucha contra la polio no ha sido así. Gran parte de los recursos que estaban consignados a la erradicación del poli virus han sido destinados a la lucha contra el corona virus.

La red de laboratorios de polio coordinada por la OMS está utilizando el 50% de su capacidad para los test del COVID-19. Un cuarto de los trabajadores de la OMS han centrado sus funciones en la lucha contra el nuevo enemigo. Más de 2000 expertos de la OMS, UNICEF, Rotary, así como consultores del CDC EE.UU. refuerzan la respuesta contra el virus. La OMS ha adaptado las aplicaciones de teléfonos móviles desarrolladas con el fin de controlar el brote de polio, para que se utilicen en el seguimiento de contactos del COVID-19.

Aun así la Dra. Moeti, Directora Regional de África de la OMS, enfatiza: “Es importante que el apoyo a la respuesta COVID-19 no ponga en peligro el progreso realizado para detener todas las formas de transmisión de la poliomielitis en la región. La lucha contra la pandemia no debe ir en detrimento de otras emergencias de salud.»

A pesar de todos los obstáculos, la erradicación de la polio es un objetivo más que probable. En las últimas décadas ha sido reducida casi por completo. En 1988 había 350 mil casos. A 7 de Julio del 2020 tan sólo quedaban 85 casos salvajes confirmados. Unos años más y lo habremos conseguido. Gracias al esfuerzo mundial, el ser humano habrá eliminado el segundo microorganismo de la lista de enfermedades que afectan nuestras vidas.

Fuentes:

https://es.wikipedia.org/wiki/Ritmo_reproductivo_b%C3%A1sico

http://esmateria.com/2012/11/21/la-viruela-reaparece-en-unas-momias-congeladas-en-siberia/

https://www.historyofvaccines.org/content/articles/disease-eradication

https://es.wikipedia.org/wiki/Poliomielitis

La revolución de un adolescente que soñaba con limpiar el planeta.

Photo: Boyant Slat 12/12/19

Demian Melhem Quesada 18/06/2020

A los 16 años, Boyant Slat (1994) buceando en Grecia, vio más plásticos que pescados. A mí me pasó lo mismo en Ibiza. La diferencia es que para este adolescente holandés, esa experiencia marcó el rumbo de su vida revolucionando la conservación de los océanos. Investigó la polución de plásticos en el medio marino y se propuso solucionar un problema que la mayoría de los científicos y ecologistas veían como una tarea imposible. Tuvo una idea, crear un sistema pasivo de recolecta usando la circulación de los océanos. En el 2012, con tan solo 18 años presentó su proyecto en TEDx (https://www.youtube.com/watch?v=ROW9F-c0kIQ). “Hubo una edad de piedra, una de bronce, y ahora estamos en mitad de la edad del plástico”, comenzó diciendo.  Un año más tarde abandonaría su carrera de ingeniero aeroespacial para fundar The Ocean Cleanup. A los 20 recibió el premio Champions of Earth de las Naciones Unidas, a los 23 fue elegido Europeo del año, y a los 24 ganó el premio Leonardo Da Vinci, y el premio al Emprendedor Europeo del Año. Antes de ver la revolución del joven holandés, profundicemos en el problema.

En 1988 fue reconocida por primera vez la Gran Isla de Basura del Pacífico Norte. Hoy en día hay un total de 5 islas. Una en el Océano Índico, dos en el Atlántico y otros dos en el Pacífico. Son formadas por la rotación de las corrientes de los océanos, que atrae los desechos provenientes de la tierra y de los barcos.

En los últimos años ha habido un incremento exponencial de plásticos en los océanos. La primera causa es que el plástico está en todas partes, abaratando el coste de los productos que compramos. Pero principalmente, lo que ha potenciado este incremento ha sido el progreso de países que antes vivían en pobreza. La subida de los sueldos y el incremento en el consumo, unido a la subdesarrollada infraestructura de recolección de basura han saturado los ríos que son como venas infectadas por plásticos que acaban en las playas y las islas de basura. (https://oceanconservancy.org/wp-content/uploads/2017/04/full-report-stemming-the.pdf)

Las manchas o islas de basura se extiende en el agua desde la superficie hasta el suelo marino. Hay de todo, grandes redes de pesca, ruedas de coche, juguetes, gomas, telas, cristal, papel, aunque lo que predomina son los plásticos. La mayoría de esta basura se descompone pasados los años, los plásticos no. Se subdividen cada vez más hasta crear microplásticos inferiores a 5 mm de tamaño. Se estima que cada minuto un camión de basura lleno de plásticos es desechado al océano. 1440 en un día, 8 billones de camiones de basura al año. (https://marinedebris.noaa.gov/)

Los microplásticos destruyen la fauna marina, pero no es tan sólo un problema que afecta al medio ambiente. En un artículo del Washington Post publicado en Octubre del 2019, titulado “You´re literally eating microplastics”, se calcula que las personas en EE.UU. consumen de media 74 mil partículas de micro plásticos al año. Otro estudio de World Wildlife Fund estima que ingerimos 5 gramos de plástico a la semana, el equivalente a una tarjeta de crédito. Los ingerimos en la comida, la sal marina, el agua del grifo o la embotellada, la cerveza e incluso en la miel. Los estudios acerca del efecto de los micro plásticos en el cuerpo humano no son conclusivos. Es un nuevo espacio de investigación que ha surgido en los últimos años. Pete Myers, científico fundador de Environmental Health Science y profesor de química de la Universidad de Carnegie Mellon en EE.UU. dice que algunos plásticos están compuestos por productos químicos que han sido estudiados y que afectan al cuerpo humano. Lo que no se sabe es de qué manera afectan tantas micro dosis de plástico. En un artículo publicado por Environmental Science & Technology se confirmó que nuestro cuerpo se deshace de la mayoría de los micro plásticos, aunque se ha comprobado que en animales, los plásticos traspasan las barreras del cuerpo invadiendo la sangre y el sistema linfático, siendo acumulados en algunos órganos. (https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.est.7b00423)

Para limpiar los océanos es necesario la ayuda global. Marine Debris Program, presenta tres ideas de como podemos cada uno de nosotros aportar nuestro granito de arena. Participa en limpiezas comunitarias de playas, intenta utilizar el mínimo número de plásticos, recicla materiales vendiéndolos o comprando objetos de segunda mano. A esto añadiría ayudar a estas empresas con fondos o con voluntariado.

La mejor solución, en estos momentos, es prevenir que se acumule más plástico. Es como si la bañera estuviera desbordándose, lo primero que haríamos sería cerrar el grifo.

Volvamos al joven genio Boyan Slat, quien ha atraído la atención de gobiernos, organizaciones, empresas y el público hacía un problema que nos afecta a todos. Consiguió poco más de 2 millones de dólares a través del crowdfunding para comenzar a desarrollar su idea. En el 2014 realizó un estudio del potencial del proyecto y fue criticado por presentar algo que se consideraba técnicamente imposible. En principio sus oponentes parecían tener razón. Algunos de los sistemas que creo fueron destruidos por tormentas, otros simplemente comenzaron a rotar con la basura, sin recogerla. 5 años más tarde llegó la primera victoria. Uno de sus sistemas funcionó recogiendo 4 contenedores llenos de plásticos en la Gran Mancha del Pacífico Norte. El siguiente paso es ampliar el sistema y con los fondos necesarios, en 5 años limpiar la mitad de la mancha. (https://theoceancleanup.com/oceans/)

Su otro proyecto surgió como solución alternativa ante los fracasos iniciales en la limpieza del océano. Realizaron estudios en los que estimaron que 1000 ríos de los 30.000 ríos que emiten desechos, generan el 80% de los desperdicios. En la página de The Ocean Cleanup hay un mapa muy interesante, en el que cada río está señalado con la cantidad en kg que emite al año. Os aconsejo verlo. Seguro que os sorprende. (https://theoceancleanup.com/sources/)

Trabajando con gobiernos, corporaciones y comunidades científicas aspiran a realizar proyectos de limpieza en estos 1000 ríos para el 2025. Para ello han creado un Interceptor alimentando con paneles solares, capaz de ser utilizado en la mayoría de los ríos del mundo sin afectar a la fauna acuática. Hay dos Interceptores en funcionamiento, uno en Jakarta, Indonesia, y el otro en Klang, Malaysia. Un tercero será instalado en el delta del Mekong en Vietnam y un cuarto en la República Dominicana. Tailandia está en negociaciones y EE.UU también. Este sistema es mucho más barato que tratar de recolectar el plástico en mitad del océano. Aunque ambos proyectos son importantes. (https://www.woi.economist.com/the-pros-and-cons-of-blue-tech-in-tackling-marine-plastic-waste/).  

En su podcast, Joe Rogan (https://www.youtube.com/watch?v=whRVyywTov4) le pregunta: “¿Cuánto tiempo le dedicas a este proyecto? ¿Es lo único que quieres hacer en tu vida?” Él contesta: “Me siento culpable cuando tengo tiempo libre, aunque las mejores ideas surgen cuando descanso. Trabajo de 9 a 9. En el último año no tuve ni un día libre, pero mereció la pena. Hemos avanzado mucho. La gente no se da cuenta de que el mejor recurso que tienen en su vida es el tiempo. Tienes que utilizarlo de manera inteligente. Creo que tenemos mucho más potencial del que la gente realiza en sus vidas. Si tan solo se dieran cuenta lo importante que es el tiempo…  Lo que quiero es solucionar problemas. Me pareció que las islas de basura eran un buen inicio.” Joe se ríe sorprendido y le pregunta: “¿Tú primer proyecto es resolver algo que nadie sabía cómo resolver? ¿Qué vendrá después?”

“Una de las dificultades que tenemos –le dice a Joe–, es que el sistema actual de la sociedad no es bueno a la hora de valorar objetivos a largo plazo que nos benefician en el futuro. Principalmente porque no es fácil ganar dinero con ello.”

Joe le pregunta si ha encontrado resistencia, sobre todo por su juventud. Él contesta: “No, realmente no, aunque desde el principio ha tenido detractores. Los primeros fueron los escépticos que piensan que no se puede hacer, pero la evidencia demuestra que si se puede. Después están los que ven los problemas morales, ya que estamos solucionando las consecuencias, no las causas. A estos les pregunto, ¿preferiríais que devolviéramos todo el plástico al océano? Dicen que no, por supuesto, y a partir de ahí comienzan a entender el valor de lo que hacemos. Otros piensan que los recursos pueden ser utilizados en proyectos más útiles. Una persona me dijo que el problema real es el cambio climático, solucionar el problema del plástico es tan solo una distracción. Bueno, yo pienso que hay muchos problemas que resolver.”

Termina contando como ve el mundo: “El ser humano nunca ha estado mejor a lo largo de la historia. Hemos progresado enormemente, en parte gracias a la evolución de la tecnología, las instituciones, y por nuestra habilidad de colaborar colectivamente en grandes números. Hay un lado negativo también, que se ve claramente en el medio ambiente… ¿Cómo resolvemos lo negativo? Una manera es la forma reactiva, consumir menos, pensar que las corporaciones son malas y la tecnología es mala, por lo que tenemos que deshacernos de ello. En parte lo veo en el movimiento medioambiental moderno, que ve de manera romántica el pasado. Antes vivíamos en armonía con el medio ambiente, deshagámonos de la modernidad, intentemos volver a un modo de vida pura. Yo creo que ver las cosas así es un poco irrealista. La gente quiere sus móviles y coches y al mismo tiempo no creo que sea la mejor manera de enfrentarse a estos problemas. Es como enfrentarse a un tanque con arco y flechas. La tecnología es un instrumento que expande las capacidades del ser humano. ¿Por qué no utilizar esas capacidades para resolver los problemas? Tenemos que aceptar esas fuerzas que nos hacen ser humanos en el presente, que han creado este mundo tan increíble. Para resolver los aspectos negativos de la evolución, por ejemplo, la sobre explotación del pescado, no se va a resolver volviéndonos todos vegetarianos. No es algo que parezca posible. No es lo que quiere la gente. Es más probable que se resuelva a través de la carne sintética. Los problemas de la contaminación generados por el transporte no se van a resolver porque dejemos de viajar en aviones o dejemos de ir a lugares. No es una forma de pensar realista, la gente viaja cada vez más. ¿Por qué no buscar soluciones en las que viajar no sea pernicioso para el medio ambiente? No son soluciones perfectas, pero son las soluciones que tenemos. Hemos de aprender de las cosas que hacemos bien, y aplicarlas para solucionar problemas. La innovación y la colaboración son nuestros aliados. No creo que estar en contra de algo sea una manera productiva de solucionar un problema, no nos mueve hacia adelante. Hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo, puedo protestar acerca de ello, pero prefiero construir un futuro mejor.”

Aqui os dejo algunos enlaces útiles:

https://marinedebris.noaa.gov/discover-issue/trash-talk

https://theoceancleanup.com/

https://thegreatbubblebarrier.com/en/

https://marinedebris.noaa.gov/

https://oceanconservancy.org/

La lucha contra el racismo de Daryl Davis.

Photo: Daryl Davis junto a un miembro del KKK

Demian Melhem Quesada 10/06/2020

Daryl Davis (1958), es una persona excepcional en un mundo en donde se categoriza a la gente a tiro de bala, sin darles la oportunidad para exponer sus ideas. Ha conseguido lo imposible, ser un ejemplo capaz de cambiar la mente de altos cargos del Ku Klux Klan. En el salón de su casa, se siente orgulloso de mostrar las togas de los ex miembros convertidos, que algún día pasarán a formar parte de un museo dedicado a esta parte tan oscura de la historia de EE.UU.

La primera vez que le escuche hablar fue en el podcast de Joe Rogan (30/01/20) que comienza con una pregunta directa: “¿Cómo lo has conseguido?” Daryl sonríe. Gran parte de la entrevista sucede entre risas por más que el tema sea difícil de tratar. “De manera directa e indirecta, fueron unos 200 más o menos. Soy músico, toco rock and roll, swing, jazz, blues. A todo el mundo le gusta la música, incluso al KKK. Un día me encuentro en uno de esos bares en los que los hombres negros no somos bien venidos, tocando con una banda de country. Era el único negro en la banda y el único negro en el bar.” Cuando terminó de tocar, un hombre se acercó y de manera afable, le puso el brazo sobre los hombros. Le dijo: “Nunca he escuchado a un negro tocar el piano como Jerry Lee Lewis.” Daryl no se sintió ofendido. Lo que le sorprendió fue que una persona quince años mayor que él no supiera del origen negro del estilo de Jerry Lee Lewis, el Black Blues y el Buggy Boogie. El hombre blanco no creyó lo que Daryl le dijo, pero estaba tan fascinado que le invitó a una bebida. En la mesa, la conversación continuó: “Ésta es la primera vez en mi vida que me siento a hablar con un negro.” A Daryl le pareció extraño, por lo que le cuestionó hasta que finalmente admitió: “Soy miembro del Ku Klux Klan.” Sin saberlo, llevaba toda la vida preparándose para ese momento. A los 10 años sufrió un incidente que le marcó. En un desfile de los Boy Scouts, un grupo de personas le tiraron botellas, latas y piedras. Pensó que a ese grupo no le gustaban los Scouts, hasta que se dio cuenta que él era la única diana. Sus compañeros le protegieron, cubriéndolo. Volvió a su casa y le contó lo sucedido a sus padres. Por primera vez escucho la palabra racismo. En su mente comenzó a fraguarse la pregunta que le guiaría el resto de su vida: “¿Cómo pueden odiarme si ni siquiera me conocen?” Para entender como piensan los racistas leyó libros de supremacía blanca, supremacía negra, el KKK, los nazis y los neo nazis. Lo que no se esperaba es que años más tarde, un miembro del KKK le invitara a una bebida. El hombre blanco le dio su número de teléfono y le dijo: “Llámame cada vez que vengas a este bar. Quiero invitar a mis amigos a que vean a un negro tocar como Jerry Lee Lewis.” Sus amigos eran miembros del KKK, sin togas claro, vestidos como cualquier otra persona. Algunos le escucharon hablar interesados en lo que Daryl decía, otros se iban de la mesa en cuanto se acercaba. Poco a poco comenzó a tomar forma la idea de escribir un libro. En 1998 lo publicó con el nombre de Klan-Destine Relationships: Black Man’s Odyssey in the Ku Klux Kan. El primer libro acera del KKK escrito por un autor negro.

La primera entrevista que quería para su libro era la de Roger Kelly, el líder estatal del KKK en Maryland en donde se encuentra Baltimore. Daryl le citó en la sala de reuniones de un hotel, sin que éste supiera que su entrevistador era un hombre negro. Roger Kelly asistió con su guardaespaldas armado. Al ver quien le esperaba, se tropezó. Daryl se levantó y les ofreció su mano que ellos aceptaron. Entre miradas de tensión, se sentaron uno enfrente del otro, teniendo una pequeña mesa entre ellos. Tardaron diez minutos en que la conversación derivara en los típicos prejuicios de racismo. “Los negros son inferiores. Tienen una tendencia innata al crimen por eso hay más negros en prisión que blancos. Los negros son vagos, no quieren trabajar, prefieren engañar al sistema de ayudas para vivir gratis… Los últimos estudios demuestran que los negros tienen el cerebro más pequeño que los blancos, es un hecho, por eso vuestro IQ es más bajo.” Daryl hizo lo inaudito, no se sintió ofendido. “¿Por qué he de ofenderme por alguien que no sabe nada acerca de mí? Vio el color de mi piel y me juzgó. ¿Por qué me voy a ofender de alguien que está contándome una mentira? Lo que decía no tenía ningún sentido. ¿Por qué me voy a ofender por alguien que es tan retorcido?” Daryl le contestó: “Sr. Kelly, yo no tengo ningún récord criminal. Nunca he dependido del gobierno para vivir. No sé que tan grande es mi cerebro, pero estoy seguro que es tan grande como el de cualquier otro.” Roger golpeó la mesa diciendo: “La biblia dice que…” El momento que Daryl esperaba. Se agachó para sacar su biblia. Al poner su mano por debajo de la mesa, acercándose a la mochila, el guardaespaldas tensó su mano encima del arma. En ese momento se dio cuenta de que le tenían miedo. Daryl se mantuvo tranquilo. La conversación continuó. A la hora se escuchó un ruido que Daryl no supo como identificar. Se asustó. Su primer impulso fue abalanzarse hacia adelante sobre la mesita. Por su mente comenzaron a desfilar los miedos. Roger Kelly es mi enemigo, un líder del Ku Klux Klan. Quizás tenga un arma debajo de su traje. La voz de su primer amigo del Klan surgió en su mente diciéndole: “Daryl, no te tomes a la ligera al Sr. Kelly, te puede matar.” Se dijo a si mismo, no quiero morir. Según se abalanzó hacia adelante, clavó su mirada en los ojos de Kelly, sin decir una palabra, sujetando la mesita. Surgió un silencio eterno que en realidad fueron fracciones de segundos. La asistente interrumpió, señalando al cubo con las bebidas. El hielo había comenzado a derretirse y las botellas y latas se deslizaron por la gravedad. En ese minuto cualquier cosa podría haber sucedido. El miedo estuvo a punto de dictar los sucesos. Las risas prosiguieron aligeraron el resto de la velada. La increíble mente de Daryl aprendió una lección que aplicaría el resto de su vida. En palabras de Daryl: “La ignorancia genera miedo. Le tenemos miedo a lo que no entendemos. Si no mantenemos el miedo bajo control, el miedo generará odio. Odiamos las cosas que nos dan miedo. Si no mantenemos ese odio bajo control, el odio generará destrucción. Queremos destruir lo que odiamos. ¿Por qué? Porque lo que odiamos nos causa miedo.” El ciclo casi se cumple por completo. La destrucción pudo haber sucedido en un chasquido de dedos. “Si queremos solucionar el problema del racismo, tenemos que dejar de centrarnos en los síntomas –le dijo a Joe Rogan–. No te preocupes por el miedo o por el odio. Eso son tan solo síntomas. Es como poner una tirita en el cáncer. No sirve, tienes que ir a lo profundo para vencer al cáncer, al origen. El origen es la ignorancia. La ignorancia puede ser curada a través de la educación. Si no hay ignorancia, no hay miedo, sin miedo, no hay odio, sin odio no hay destrucción. Tenemos que exponer ideas, conversar y educar.”

Cuando se despidieron, Roger Kelly le dijo que se mantendrían en contacto. Años más tarde cenarían en la casa de Daryl sin guardaespaldas. Kelly le invitó a alguno de sus eventos. Daryl acudía en silencio. Participó en ceremonias en donde se quemaban cruces, a grito de: “White Power,” rodeado de encapuchados. Participó en charlas en las que se trataba el futuro de la raza blanca. “Para el 2040 se pronostica que en EE.UU habrá un 50% de blancos.” Eso es lo que temen, hasta el punto de llamarlo el genocidio blanco. Daryl aprendió como se expande el racismo por las zonas pobres. “Nos quitan el trabajo. Se casan con nuestras mujeres.” A nadie le importaba su opinión en las reuniones. Era tan solo un negro. Algunas charlas eran boicoteadas por personas que se oponen al racismo. En un video de Youtube, llamado “Daryl Davis with the KKK”, Kelly demuestra su aprecio por Daryl, por respetar su libertad de expresión, mientras un grupo de personas blancas chillan y no le dejan hablar.

Joe Rogan le dice en su podcast (14/02/2020) a Melissa Chen hablando acerca de Daryl Davis: “La manera de silenciar ideas no es a través del boicot y la negación, sino a través del discurso, exponiendo ideas… cuando hay debates beneficia a muchísima gente. Cuando lo silencias no beneficia a nadie.” Melissa le contesta: “Por qué cuando hay un debate de ideas, de lo que se tiene miedo es que la gente tienda a la extrema derecha? ¿Por qué no puede ser al revés?… Tienen miedo de que  la gente sea indoctrinada… es una mentalidad paternalista. Piensan, esa gente es menos inteligente que yo, yo sé más. Ellos no pueden ser expuestos a esas ideas. A mí no me pueden engañar, pero ellos pueden ser engañados por la ideología de derechas.”

En el 2016 la vida de Daryl Davis fue plasmada en el documental llamado “Accidental Courtesy: Daryl Davis, Race and Amercica” que puedes ver en Amazon Prime. Su protagonista cuenta una historia en la cual un líder del KKK le pregunta si conoce algún lugar en donde alquilar un autobús para ir una congregación del KKK. Su autobús estaba estropeado tras ser apedreado por los antirracistas. Para su sorpresa, Daryl les ofreció su autobús, el que utiliza en sus tours.

Kim Brooks le pregunta a Daryl en una entrevista para Fusion (15/09/16): “¿No crees que hay un punto en que te pasas de la raya y comienzas a apoyarles?” Él contesta: “No, para nada. No apruebo ni apoyo ninguna agenda de racismo o supremacía, ya sea blanca o negra. Lo que apoyo es su derecho a expresar sus puntos de vista y la libertad de expresión.”

El punto de inflexión para Daryl fue cuando comenzaron a interesarse por su opinión. “Ahora la opinión de un hombre negro cuenta.” Roger Kelly se atrevió a invitarle a su casa tras ser ascendido a líder nacional, liderando el KKK en todo EE.UU. Pasaron 7 años desde que se conocieron hasta que Kelly le dio su toga. En otros casos tan sólo necesitaba unos meses. Kelly no sólo dejó de ser parte del KKK, sino que disolvió el KKK a nivel nacional. Desde entonces el KKK está formado por grupos divididos en distintas zonas de EE.UU. Daryl intenta quitarse importancia en la entrevista que le hizo Russell Howard (3/11/17): “Nunca intenté convertir a nadie. En mi búsqueda, algunos de ellos acabaron convirtiéndose ellos mismos.”

En su charla de TED (8/12/17) explica: “El respeto es la clave. Hay que respetar para escuchar los puntos de vista de cada uno. Por mi respeto y mi voluntad para escucharles, ellos acabaron escuchándome a mi… Soy un músico, no soy un psicólogo, ni sociólogo. Si yo puedo hacerlo, todos vosotros podéis también. Hablad con vuestros adversarios. Aprenderéis algo y ellos aprenderán algo de ti. Cuando dos enemigos hablan, no se están peleando, están hablando. Cuando no hay diálogo es cuando el terreno se vuelve fértil para la violencia. Mantened la conversación.”

Daryl Davis con los activistas de Black Lives Matter

No todo el mundo está de acuerdo con Daryl. En el último tercio del documental de su vida, sucedió un enfrentamiento poco amistoso con activistas del Black Lives Matter de Baltimore, una las ciudades de EE.UU. conocida por la violencia policial. Sentados en un bar, un activista le preguntó acerca de los supremacistas blancos: “¿Por qué tengo que llevarme bien con ellos?” Él le contestó: “Porque todos tenemos que vivir juntos en este país. Sino acabaremos destruyéndonos.” La sangre comenzó a hervir cuando le cuestionaron acerca del museo del KKK que Daryl quiere abrir. El activista levantó la voz y le le dijo: “¿Sabes lo que es el trauma intergeneracional? Yo no quiero que mi hija vaya a un museo a revivir el sufrimiento que hemos vivido a lo largo de la historia. ¿Por qué tendría que ir?” Daryl contestó: “Porque para saber a donde vamos, primero hay que saber de donde venimos.” A Daryl, por primera vez, se le vio perdido ante la ira de los que se sientan al otro lado de la mesa. Quizás pensó que estaba hablando con alguien en el lado opuesto al KKK. El problema es que no se pueda comparar el sufrimiento de los blancos y su ignorancia, con el sufrimiento institucionalizado de las personas negras. Los activistas alimentados por la rabia histórica y las injusticias vividas cada día de sus vidas, fueron incapaces de aceptar que el camino que propone Daryl también es válido para enfrentarse la racismo. Le dijeron que ha perdido años valiosos dedicando su vida a convertir a racistas en lugar de ayudar a su comunidad. “Infiltrar al Klan no es liberar a tu gente. Liberar a blancos con sus privilegios, eso no es un logro. No tienes ni idea de como vive la gente como tú. Podrías estar en las calles ayudando a tu gente, así que deja de perder el tiempo ayudando a la gente que no te quiere en sus casas.” Se despidió de Daryl, sin aceptar su mano. El último activista, uno de los organizadores del grupo, de mayor edad, le dijo: “Si hubieras venido a Baltimore y vieras el trabajo que estos chicos han hecho… hemos protestado juntos, a uno de ellos le han arrestado. La falta de respeto con que les has tratado es despreciable… ¿Dónde estabas cuando las marchas sucedieron en Baltimore? Estabas con tus amigos del Klan faltando al respeto a nuestra gente. Si no puedes respetar a mi gente por el trabajo que hacemos, vete con ellos. Tantas vidas perdidas, me importa una mierda tus togas, no vuelvas a Baltimore con esa mierda, no vuelvas.”

Joe Rogan impresionado por las historias que Daryl le cuenta, le dice en admiración: “Tienes una habilidad increíble para perdonar a personas que otros odiarían por el resto de su vida, gente que otros pensarían que son monstruos horribles, que no merecen ser salvados.”

Daryl contesta: “No es tan así, hay monstruos horribles en todos los lados que irán a la tumba llenos de odio, siendo violentos, racistas y antisemitas. Nunca van a cambiar, pero si al menos consigues que una de esas personas en el extremo se sienten en la mesa a hablar, al menos hay una oportunidad de plantar una semilla. Una semilla que tiene que ser cuidada. A la que hay que dar agua frecuentemente, para que crezca. Cuando ves a las personas en los dos extremos, piensas, no tienen nada en común, pero si pasas 5 minutos con tu peor enemigo, encontrareis algo en común. Si alimentas esas cosas en común, la separación se empequeñece, se forma una relación. Al seguir alimentando esa relación, la separación se empequeñece aún más. Cada vez estáis más cerca. Cuando ya casi no hay separación, habéis encontrado muchas cosas en común. Ahora hay amistad. Cuando llegas a ese punto, las cosas triviales que os diferencian, como el color de la piel, o si vas a una iglesia, una sinagoga o a una mezquita, importan cada vez menos… Pero no es tan simple. En casos como éste, tienes tan solo una oportunidad para dejar una buena impresión, y en esa primera impresión, la mayoría de la gente te juzga. Por eso cuando trato con ellos, lo hago con absoluta transparencia. Se donde estoy yo, pero tengo curiosidad genuina. Quiero saber porque piensan así, quiero aprender de ellos… soy honesto, mi intención no es convencerles, sino escucharles… Hemos perdido la capacidad del discurso cívico, social, tenemos que recuperarla. Si no, la otra opción es destruirnos. Vemos todo lo que la persona hace, cuando no estamos de acuerdo con ella, pero no vemos que es lo que le llevó a pensar así, porque no la escuchamos. Tan solo estamos interesados en el resultado, no en la causa. Ahí es donde perdemos.”

Klan-Destine Relationships: A Black Man’s Odyssey in the Ku Klux Klan by Daryl Davis: https://smile.amazon.co.uk/Klan-Destine-Relationships-Black-Odyssey-2011-12-07/dp/B01FKSGL6I/ref=sr_1_1?dchild=1&keywords=Daryl+Davis&qid=1591816417&s=books&sr=1-1

Accidental Courtesy: Daryl Davis, Race & America: https://smile.amazon.co.uk/Accidental-Courtesy-Daryl-Davis-America/dp/B07Z1L8DLM/ref=sr_1_1?dchild=1&keywords=Daryl+Davis&qid=1591816528&sr=8-1

Joe Rogan Experience #1419 – Daryl Davis: https://www.youtube.com/watch?v=oGTQ0Wj6yIg&t=133s

Daryl Davis with the KKK: https://www.youtube.com/watch?v=1n1SKcq7J4s

Joe Rogan Experience #1427 – Melissa Chen: https://www.youtube.com/watch?v=6SLVjWbER4M&t=1s

This Black Musician Explains Why He is Friends With White Supremacists: https://www.youtube.com/watch?v=pESEJNy_gYQ

Daryl Davis on converting 200 white supremacists to leave the KKK: https://www.youtube.com/watch?v=HLtp13Rw8Kc

Why I, as a black man, attend KKK rallies. | Daryl Davis | TEDxNaperville: https://www.youtube.com/watch?v=ORp3q1Oaezw

African-American man convinces Klansmen to leave the KKK through friendship: https://www.youtube.com/watch?v=PVVFx3issHg

Antes de escribir,

Demian Melhem Quesada 06/03/2020

Llevo casi dos meses sin trabajar, esperando sin esperar a que mi jefa me llame. Cobro mi sueldo y disfrutó del día a día sin pensar en el futuro, mientras el mundo deriva en una espiral de incertidumbre imposible de comparar con nada que haya vivido hasta ahora. Me siento culpable de estar bien y de hacer poco por ayudar. Así ha sido la mayor parte de mi vida. Feliz de la suerte que he tenido y culpable de ser un granito de arena, impotente ante las olas, sin saber cómo impedir la erosión sociocultural que me rodea. Supongo que es un problema moral, como muchos de los problemas del primer mundo. Ante este contraste, ¿cómo me siento? Parece que bien, pero en la profundidad, ¿de qué color es el agua? ¿Es clara o turbulenta y llena de la sangre coagulada de heridas pasadas?

Tenía un rumbo elegido y marcado en el mapa. A la vuelta de las vacaciones de Uruguay, que justo cayó dos semanas antes del aislamiento, iba a estudiar counselling y rendir la pluma por un tiempo. Le decía a mi mente: “He aprendido a ayudar con el corazón. Estoy en camino. Voy a aprender a que tu ayudes también.” Así fue que tenía pensado abandonar el conflicto interno, la angustia del que no llega a la meta y que ni siquiera sabe ya qué camino creativo tomar. ¿Historias cortas, libros, fantasía, ciencia ficción, conflicto social, feminismo, existencialismo, videos musicales, informativos, o quizás un libro de investigación intelectual o espiritual y algunos videos? El tema es empezar. Pero, ¿cuál es el mejor camino a tomar? En cuanto surgen las dudas, mueren las ideas.

Las victorias de estos últimos años han sido triunfos colaterales. Si fuera una persona negativa, como lo he sido, diría que quien reina en los cielos es un humorista. Lo que realmente quiero, no sucede. A cambio la vida me ha dado regalos más valiosos que lo planeado. Años intentando construir una escalera que me lleve a la luna, para atrapar su luz y llenar el agujero negro que hay dentro de mí. Mientras recogía materiales, y vivía día a día, lo que rodea a la escalera comenzó a brillar. El agujero negro desapareció y la escalera me dejó de importar. Como si fuera un pionero buscando la montaña sagrada. En el camino aprende a conocerse a sí mismo quitándose las cargas del pasado, encuentra al amor de su vida, un valle iluminado por el océano en donde construir un hogar, gente a la que ayudar y amigos con los que compartir la vida. Un día se despierta y entiende que la montaña sagrada no era más que un guía. Una bonita narrativa de redención.

¿Qué escribir?

No quiero volver a construir escaleras con sueños de grandeza que me llevan a batallas pírricas. Le corté el látigo a mi ego que quiere triunfar y me engaña diciéndome que quiere ayudar. Océanos de vientos caprichosos, de horizontes que nunca se acercan, de islas que en el mejor de los casos te animan a seguir, y quién sabe si tras una  larga travesía de años escribiendo un libro, haya un continente nuevo en el que vivir. Escribe, escribe, escribe me digo cada día, y así llevo un año sin escribir. Leo los consejos de los que se dedican a esto: hazlo por placer, disfruta del proceso y olvídate del ¿para qué? Me pasó lo mismo cuando estudié Bellas Artes. Comencé el curso lleno de ideas, hice grandes proyectos, me imaginé victorias napoleónicas y acabé sin saber cómo volver a la creatividad preguntándome, ¿a quién le sirve lo que hago? ¿Qué utilidad tiene en esta sociedad?

Lo último que abandoné fue una historia corta que terminó como un aborto de libro. La vida se cruzó, como le suele pasar a casi todo escritor, y nunca pude volver. En la pausa surgieron las preguntas. Las escusas suplantaron a las respuestas. Si son escusas validas no lo sé, el tiempo lo dirá, o no. Depende de en que capítulo esté de la historia que me cuento a mí mismo. Ya sea drama o redención, cuando miro al pasado, lo real se mezcla con lo imaginado. Lo vivido contado a posteriori está cubierto por una capa de ficción que penetra la verdad dándole una nueva forma. Por más que cree universos de replicantes o elfos, el mayor proceso creativo lo fragua la mente cuando saca conclusiones acerca de las experiencias pasadas. Me refiero a esas narrativas que creamos, que si algo se aprende, cambian con los años, compuestas para darle un sentido unificado a la vida. Las experiencias acaecidas dejan de ser aceptadas tal como fueron. Son desenterradas, convirtiendo los trozos descompuestos del cadáver en islas cartografiadas. Unidas por los barcos mercantilistas que dan y quitan autoría. Trazando rumbos en donde hay derrotas, triunfos, empresas a medias y las autobiografías con finales bonitos. Todo queda justificado en mi mente cuando me considero una persona sana. Aun así, intento no solidificar como realidades objetivas las narrativas imaginadas para intentar ordenar el mundo externo y el interno. Si las narrativas que creo acerca de mi pasado cambian con los años. Si las narrativas que creo al conocer a la gente y encasillarlas también cambian. Si las narrativas que creo acerca de la economía, la política y las relaciones internacionales cambian también. Significa que mis narrativas no son más que puntos de vista fluctuantes, influenciados por el presente. Cuando hago la autopsia de las experiencias vividas, lo hago siempre desde la subjetividad de un presente en continuo movimiento. La verdad de hoy puede ser un desatino visto desde el mañana.

El 2019 empezó con fuerza. Cuatro meses escribiendo casi cada día. ¿O fueron tres? Compré más de diez libros, de teoría, historia y narrativa feminista, para expandir mi conocimiento y ponerle colores de realidad al universo que quería crear. A pesar de que sentí con mayor pena y rabia las injusticias con las que han vivido las mujeres a lo largo de la historia, mis dedos no pudieron rescatar el hilo de la imaginación. Me dije, hoy por hoy, escribir inspirado en el feminismo es defender unos ideales que imponen una visión de la realidad dual, de buenos y malos, verdugos y víctimas. Aunque yo crea que mis ideales son los correctos y que defiendo la justa causa, ¿quiero entrar en la lucha por hacer ver a algunos hombres y mujeres lo injusta que ha sido la evolución histórica de las culturas con la mujer? Así lo sentí en el 2010 cuando empecé a escribir mi primer libro. Desde entonces la lucha se ha intensificado exponencialmente. El momento decisivo, que me convirtió en un escritor en busca de paz, fue cuando los extremos se volvieron los heraldos, corriendo hacia el frente del campo de batalla con la bandera en alto, gritando: ¡O con nosotros o en nuestra contra! Cuando hay una división tan clara, hay guerra. Cuando hay guerra es casi imposible ver la causa del conflicto y la posible resolución pacífica, ya que la búsqueda de culpables y los castigos consecuentes, enturbian la forma de interpretar el pasado. Quiero enterrar el hacha, pero, ¿sé escribir sin estar en guerra?

¿Por qué empecé escribir?

Siento llegar las narrativas, cabalgando hacia el presente con medias verdades. Para empezar, los hechos. Lo primero que escribí fueron actos de rebeldía contra mi padre. Después cerré un ojo, y apunté el rifle hacia las injusticias ecológicas y sociales del capitalismo. Lo siguiente fue defender la rama especifica del feminismo. Incluso levanté el hacha contra el culto budista al que pertenecí durante 3 años, a pesar de que hoy estoy tremendamente agradecido de lo mucho que aprendí. He tenido tanta oscuridad dentro de mí, que cuando juntaba las letras, solo sabía formar sufrimiento. Si tuviera que explicar como escribía, diría: “espada por pluma, sangre por tinta.”

Profundicemos en el pasado, según las narrativas comienzan a tomar forma. Ésta manera de escribir tan intensa y violenta, es consecuente a como interpretaba lo que veía y sentía. ¿O quizás sea sentía y veía? Tenía como únicos factores de la ecuación de la vida: la corrupción de los políticos, la explotación de la gente y del medio ambiente y las injusticias originadas por un mundo en el que parecen reinar los que están centrados en sí mismos y en sus propias ganancias. Los logros de la sociedad moderna los menospreciaba comparándolos con el ideal de lo que a mí me gustarían que fueran. Ah, los ideales. La narrativa que creo hoy es que los ideales son armas de doble filo. Son la estrella Polar que nos guía cuando hay oscuridad a nuestro alrededor. Lo malo es la comparación. Al compararme con el ideal del ser humano, ya sea Buda, Jesucristo, Mahoma, Gandhi o mi vecino, me quedo corto, muy corto. En lugar de aceptar quien soy, me preocupo más por quien podría ser, o peor, por quien debería ser. Esa comparación crea un precipicio del que surge la insatisfacción. Sé lo que es la paz, cuando las circunstancia de mi vida son favorables; no como la mente de Buda que permanecía en paz ante cualquier evento. Sé amar, mientras no me hagan daño de manera intencionada; no se poner la otra mejilla tanto como Jesucristo me recomendaría. Sé creer en la voluntad de Dios, “In shāʾa –llāh” dijo Mahoma; hasta que los eventos inesperados de dolor destruyen mi convicción, haciéndome creer que vivo en una tragedia griega. Sé luchar por lo justo mientras haya pequeñas victorias entre los grandes obstáculos; no estoy dispuesto a enfrentarme a un imperio ni a morir como Gandhi lo estaba. Como dicen en Inglaterra: “The grass is always greener on the other side of the fence”. Visto desde mi jardín, el césped del vecino es más verde que el mío. En simples palabras: lo que no es, es mejor que lo que es.

De la misma manera en que todos los atributos y características de mi persona se quedan en migajas comparados con los ideales de las figuras históricas, la sociedad del presente pierde valor y es menospreciada cuando se compara con idealismos del pasado o con idealismos de lo que podría ser. Quizás, para no estar en guerra, lo que tengo que valorar no es lo que aún se puede mejorar, sino lo que ha mejorado.

¿Cómo escribir sin estar en guerra?

Cuando creo mi punto de vista al interpretar la realidad, hay una jerarquía de información. Tengo en cuenta un número limitado de factores en la ecuación. Unos factores los valoro, otros los omito o menosprecio y otros los interpreto como me venga en gana. Cada uno tiene su propia ecuación subjetiva. Cuando me siento a escribir, la voz que predomina en mi cabeza es la que esa ecuación interpreta. La oscuridad que cargaba del pasado, sólo me permitía interpretar y ver oscuridad. Como si me pusiera unas gafas con un cristal de dos colores, sufrimiento e injusticias. Esto no significa que si rompiera las gafas, el sufrimiento y las injusticias desaparecerían, sino que no serían los únicos factores de la ecuación. En ella habría el otro lado de la balanza. Si la balanza está equilibrada o no, dependerá de las circunstancias de cada uno y de como se quiera interpretar el pasado y el presente. Teniendo en cuenta que abro el grifo y sale agua potable, que ni las malas cosechas, ni el calor o el frio, ni las bestias salvajes, los fanáticos religiosos o las guerras, son un problema en mi vida presente, me resultaría hipócrita pensar que la balanza de la evolución del ser humano está en favor de lo que no hemos sabido hacer bien. Venimos de aniquilar a los Neandertales. Protegidos con taparrabos y lanzas de palo. En guerras territoriales continuas en donde las culturas surgían y desaparecían como la espuma chocado contra la arena. Llegamos hasta el colonialismo y la despreciable mentalidad racista y egocéntrica que mutiló el progreso de los países sometidos y que aún afecta. Como sugiere Jared Diamond en “Colapso”, hubo cinco razones principales para la caída de las culturas: el daño medioambiental, como la deforestación o la erosión de las tierras fértiles; el cambio climático, ríos variando el curso, largas sequías; la dependencia de rutas comerciales que se pierden o son bloqueadas por guerras; la violencia interna o externa; y las respuestas erróneas ante los problemas ambientales internos, como las enfermedades. Muchas razones a lo largo de la historia por las cuales morir de hambre, de enfermedades, violado, torturado o por un mazazo. Me estoy yendo por las ramas de lo negativo. Supongo que a veces es bueno recordar lo adversas que fueron las circunstancias que nos rodeaban, para apreciar la suerte del presente momento. Volvamos a la balanza. El otro lado lo habitan las tribus de seres humanos intentando sobrevivir en un mundo hostil. El surgir de las civilizaciones que dejaron sus legados históricos. La herencia de los artistas, médicos, ingenieros, profesores, sabios, filósofos y maestros espirituales, muchos de ellos poniendo su granito de arena para que hoy vivamos en un mundo mejor. Esta es la narrativa que quiero creer, ayudada por los argumentos de “Sapiens” de Yuval Noah Harari, “En defensa de la Ilustración” de Steven Pinker y unos cuantos libros más. Claro, también están los libros terribles que muestran el otro lado como “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano, “Archipiélago Gulag” de Aleksandr Solzhenitsyn y tantos otros.

Hay otra balanza importante en donde se centra nuestra atención al percibir la realidad. En un lado está lo que nos une, en el otro lo que nos separa. La mentalidad de tribu que nos ayudó a sobrevivir a lo largo de la historia, se ha convertido en un obstáculo ante un mundo global. Nuestra tribu debería de ser la tribu humana, y ahí se acabarían muchos problemas, pero no es así. Eso es un ideal. El primer pensamiento de mi tribu en contraste con otras tribus, comienza con mi familia y las familias de los demás. Nuestro papel higiénico y el vuestro. Nuestro equipo de fútbol, nuestra religión, nuestro partido político, nuestra ciudad, nuestro país y el vuestro. En realidad, todo se puede resolver de manera simplista a que somos unos fanáticos adoradores de tribus. Cuando pertenecemos a una tribu, ya sea por nacimiento, cultura o elección, la nuestra es la mejor.

Si bien es cierto que a veces para progresar, hay que ver la balanza desequilibrada: ser negativo, juzgar y analizar; el siguiente paso, el equilibrador, ha de ser positivo: arreglar, mejorar o volver a empezar. Si nos quedamos en el primer paso, el mundo parece más oscuro de lo que es. En palabras de Steven Pinker: “Las ideas que sembraron el terreno para la elección de Trump… incluyen, ver hacia donde se dirige el mundo con pesimismo, el cinismo hacia las instituciones modernas y no ver un objetivo superior en nada que no sea la religión.” Los idealismos en contraste con el bombardeo continuo de noticas negativas de todo el mundo, omitiendo las positivas, pueden tener un efecto neutralizador. Las noticias positivas, vistas en su mayoría con escepticismo y desconfianza, no son valoradas, desequilibrando la balanza. Así ha sido para mí y para algunas personas que conozco. En lugar de hacer algo para que el mundo mejore, me centraba en mí mismo y en mis metas individualistas, mientras me quejaba de lo mal que está todo y de lo impotentes que somos. Según como lo narro en mi mente, el resurgir del populismo y de los líderes autoritarios, está ligado a la sensación de impotencia que sentimos ante un mundo que va a peor. La solución, escuchar la respuestas simples de los populistas, y darle el poder a alguien que dice que va a arreglar el mundo con su par de cojones. Otro punto de vista válido es el que expresa Sebastian Junger en Tribu: “Cuando las sociedades modernas comienzan a menospreciar el papel de la vida en comunidad, a su vez, elevan el papel del autoritarismo. Ambos factores se repelen, cuando uno sube, el otro tiende a bajar.”

Terminando con los idealismos y la ecuación que alimenta mi creatividad basada en las balanzas de la vida. Los idealismo son guías que marcan el camino, pero no creo que sea beneficioso compararnos a nosotros mismos y a nuestras sociedades con lo que podría ser. Comparar el presente con lo que podría ser el futuro o con lo que nos gustaría que fuera el presente, puede crear una visión negativa de insatisfacción con lo que en realidad es el presente. Esa insatisfacción es la causa del conflicto interno. Ese conflicto interno es el que me inspiraba a escribir. ¿Puedo escribir sin estar en conflicto? Quizás lo que he de valorar por encima es el contraste entre el pasado y el presente, sacando una conclusión positiva de progreso. 

¿Puedo escribir sin estar en guerra, sin alimentar la separación, sin formar parte de una tribu? ¿Dónde está el conocimiento que no divide, que no crea conflictos? ¿Qué es lo que nos une? Lo único que viene a mi mente es el amor y la compasión. Para cambiar, supongo que primero he de aceptar al mundo tal como es, amarlo por lo que es, con sus grandes logros, derrotas y sufrimientos. Sin duda como seres humanos no se puede negar que lo hemos intentado. Generación tras generación hemos intentamos crear un mundo mejor en el que vivir. Aunque hay una voz en mi cabeza que no lo ve así. Valora de manera negativa los logros del presente. No quiere conectar los puntos para crear narrativas de crecimiento y redención, sino de sufrimiento y explotación. Se ríe de mi positivismo y me dice que soy una persona privilegiada escribiendo desde mi posición de ventaja. Que es una inconsciencia pensar que el mundo es mejor de lo que fue, teniendo en cuenta el medio ambiente y las consecuencias negativas de un futuro erosionado por la comodidad y la avaricia de una sociedad cada día más individualista. En parte esa voz tiene razón, pero no deja de ser otra interpretación. Otra ecuación con sus datos limitados creando una generalización absoluta para defir un término que tan solo puede ser analizado de manera subjetiva. El mundo, el presente y el pasado son términos subjetivos que dependen de puntos de vista e interpretación. No es que quiera ignorar la voz crítica, sino que prefiero escuchar la voz creativa que me inspire a ayudar. Me he centrado demasiado tiempo en lo que fallamos como seres humanos, en la violencia, la crueldad, la avaricia, las injusticias, el egocentrismo y el egoísmo. Quizás sea el momento de dejar de creerme el heraldo de la verdad y lo justo. En mi lucha contra la violencia, escribía violencia. En mi lucha contra el egoísmo, me volví egoísta y egocéntrico encerrado en mi casa escribiendo. En mi lucha contra las injusticias me volví injusto con la gente que tiene puntos de vista distintos al mío. Quiero mirar en la profundidades de mi ser y ver aguas transparentes y calmas. Quiero mirar al mundo y valorar lo bueno sobre lo malo. Quiero ayudar con mis acciones a que la balanza sea positiva.

¿Qué escribir cuando llevo dos meses leyendo cada día cuantas personas han muerto? ¿Se puede ser positivo en estos momentos? Si acaso, lo positivo es soñar que el mundo va a cambiar después del aislamiento. Que el sufrimiento nos unirá y nos hará ver que tan frágiles somos. Creo haber entendido en la filosofía de Krishnamurti, que el cambio existe hoy, no en el mañana. Si vamos a cambiar mañana, no cambiaremos, ya que mañana seremos quienes seamos hoy. El cambio tan solo existe en el presente. Hoy creo que hemos cambiado. Nos preocupamos más por las vidas de los cercanos y los lejanos. Nos importa más la vida de los que trabajan en hospitales que la vida de los famosos. Nos surge una sonrisa cuando vemos a los animales salvajes rondando por las plazas. Nos inspira ver a la gente cantar en las terrazas de distintos países. Nos hace pensar cuando el mundo se detiene, nuestras metas se ponen en pausa y el medio ambiente sana. La pregunta difícil es si seguiremos siendo tan solidarios y compasivos cuando nos dejen libres nuevamente, cuando la economía se caiga, y miles de personas pierdan sus trabajos e incluso sus hogares. ¿Estaremos dispuestos a hacer sacrificios por el medio ambiente y por los demás? ¿Seguiremos siendo solidarios o volveremos a echarle la culpa a los gobiernos y a esperar que los políticos solucionen todos los problemas, mientras nosotros estamos cómodos en nuestras casas? ¿Volveremos a sentirnos impotentes al creernos las conspiraciones que dominan el mundo, o entenderemos que lo que importa es el orden que ponemos en nuestras mentes ante un mundo incierto? ¿Volveremos a una normalidad de juicios, reproches e inactividad, o haremos algo para ayudar? El tiempo dirá si cada uno de nosotros puso el esfuerzo necesario para que los cambios permanezcan. Lo que haré mañana es una narrativa imaginada. La única certeza es lo que hago ahora y de momento este texto se acaba, la pregunta ha sido contestada.

Caminos de Poder 2: El Fuego Interno

Hoy es el día, Caminos de Poder 2: El Fuego Interno ya está a la venta en Amazon. Gracias a todos los que habéis disfrutado la primera parte. En esta entrega, la aventura de las amantes toma un ritmo trepidante hasta que descubren su nuevo camino. Desde ahí hasta el final hay revelaciones que profundizan en la trama revelando el complot en el que están metidas, hasta el desenlace que sigue poniéndome los pelos de punta cada vez que lo leo. Disfrutad del Fuego Interno…