La revolución de un adolescente que soñaba con limpiar el planeta.

Photo: Boyant Slat 12/12/19

Demian Melhem Quesada 18/06/2020

A los 16 años, Boyant Slat (1994) buceando en Grecia, vio más plásticos que pescados. A mí me pasó lo mismo en Ibiza. La diferencia es que para este adolescente holandés, esa experiencia marcó el rumbo de su vida revolucionando la conservación de los océanos. Investigó la polución de plásticos en el medio marino y se propuso solucionar un problema que la mayoría de los científicos y ecologistas veían como una tarea imposible. Tuvo una idea, crear un sistema pasivo de recolecta usando la circulación de los océanos. En el 2012, con tan solo 18 años presentó su proyecto en TEDx (https://www.youtube.com/watch?v=ROW9F-c0kIQ). “Hubo una edad de piedra, una de bronce, y ahora estamos en mitad de la edad del plástico”, comenzó diciendo.  Un año más tarde abandonaría su carrera de ingeniero aeroespacial para fundar The Ocean Cleanup. A los 20 recibió el premio Champions of Earth de las Naciones Unidas, a los 23 fue elegido Europeo del año, y a los 24 ganó el premio Leonardo Da Vinci, y el premio al Emprendedor Europeo del Año. Antes de ver la revolución del joven holandés, profundicemos en el problema.

En 1988 fue reconocida por primera vez la Gran Isla de Basura del Pacífico Norte. Hoy en día hay un total de 5 islas. Una en el Océano Índico, dos en el Atlántico y otros dos en el Pacífico. Son formadas por la rotación de las corrientes de los océanos, que atrae los desechos provenientes de la tierra y de los barcos.

En los últimos años ha habido un incremento exponencial de plásticos en los océanos. La primera causa es que el plástico está en todas partes, abaratando el coste de los productos que compramos. Pero principalmente, lo que ha potenciado este incremento ha sido el progreso de países que antes vivían en pobreza. La subida de los sueldos y el incremento en el consumo, unido a la subdesarrollada infraestructura de recolección de basura han saturado los ríos que son como venas infectadas por plásticos que acaban en las playas y las islas de basura. (https://oceanconservancy.org/wp-content/uploads/2017/04/full-report-stemming-the.pdf)

Las manchas o islas de basura se extiende en el agua desde la superficie hasta el suelo marino. Hay de todo, grandes redes de pesca, ruedas de coche, juguetes, gomas, telas, cristal, papel, aunque lo que predomina son los plásticos. La mayoría de esta basura se descompone pasados los años, los plásticos no. Se subdividen cada vez más hasta crear microplásticos inferiores a 5 mm de tamaño. Se estima que cada minuto un camión de basura lleno de plásticos es desechado al océano. 1440 en un día, 8 billones de camiones de basura al año. (https://marinedebris.noaa.gov/)

Los microplásticos destruyen la fauna marina, pero no es tan sólo un problema que afecta al medio ambiente. En un artículo del Washington Post publicado en Octubre del 2019, titulado “You´re literally eating microplastics”, se calcula que las personas en EE.UU. consumen de media 74 mil partículas de micro plásticos al año. Otro estudio de World Wildlife Fund estima que ingerimos 5 gramos de plástico a la semana, el equivalente a una tarjeta de crédito. Los ingerimos en la comida, la sal marina, el agua del grifo o la embotellada, la cerveza e incluso en la miel. Los estudios acerca del efecto de los micro plásticos en el cuerpo humano no son conclusivos. Es un nuevo espacio de investigación que ha surgido en los últimos años. Pete Myers, científico fundador de Environmental Health Science y profesor de química de la Universidad de Carnegie Mellon en EE.UU. dice que algunos plásticos están compuestos por productos químicos que han sido estudiados y que afectan al cuerpo humano. Lo que no se sabe es de qué manera afectan tantas micro dosis de plástico. En un artículo publicado por Environmental Science & Technology se confirmó que nuestro cuerpo se deshace de la mayoría de los micro plásticos, aunque se ha comprobado que en animales, los plásticos traspasan las barreras del cuerpo invadiendo la sangre y el sistema linfático, siendo acumulados en algunos órganos. (https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.est.7b00423)

Para limpiar los océanos es necesario la ayuda global. Marine Debris Program, presenta tres ideas de como podemos cada uno de nosotros aportar nuestro granito de arena. Participa en limpiezas comunitarias de playas, intenta utilizar el mínimo número de plásticos, recicla materiales vendiéndolos o comprando objetos de segunda mano. A esto añadiría ayudar a estas empresas con fondos o con voluntariado.

La mejor solución, en estos momentos, es prevenir que se acumule más plástico. Es como si la bañera estuviera desbordándose, lo primero que haríamos sería cerrar el grifo.

Volvamos al joven genio Boyan Slat, quien ha atraído la atención de gobiernos, organizaciones, empresas y el público hacía un problema que nos afecta a todos. Consiguió poco más de 2 millones de dólares a través del crowdfunding para comenzar a desarrollar su idea. En el 2014 realizó un estudio del potencial del proyecto y fue criticado por presentar algo que se consideraba técnicamente imposible. En principio sus oponentes parecían tener razón. Algunos de los sistemas que creo fueron destruidos por tormentas, otros simplemente comenzaron a rotar con la basura, sin recogerla. 5 años más tarde llegó la primera victoria. Uno de sus sistemas funcionó recogiendo 4 contenedores llenos de plásticos en la Gran Mancha del Pacífico Norte. El siguiente paso es ampliar el sistema y con los fondos necesarios, en 5 años limpiar la mitad de la mancha. (https://theoceancleanup.com/oceans/)

Su otro proyecto surgió como solución alternativa ante los fracasos iniciales en la limpieza del océano. Realizaron estudios en los que estimaron que 1000 ríos de los 30.000 ríos que emiten desechos, generan el 80% de los desperdicios. En la página de The Ocean Cleanup hay un mapa muy interesante, en el que cada río está señalado con la cantidad en kg que emite al año. Os aconsejo verlo. Seguro que os sorprende. (https://theoceancleanup.com/sources/)

Trabajando con gobiernos, corporaciones y comunidades científicas aspiran a realizar proyectos de limpieza en estos 1000 ríos para el 2025. Para ello han creado un Interceptor alimentando con paneles solares, capaz de ser utilizado en la mayoría de los ríos del mundo sin afectar a la fauna acuática. Hay dos Interceptores en funcionamiento, uno en Jakarta, Indonesia, y el otro en Klang, Malaysia. Un tercero será instalado en el delta del Mekong en Vietnam y un cuarto en la República Dominicana. Tailandia está en negociaciones y EE.UU también. Este sistema es mucho más barato que tratar de recolectar el plástico en mitad del océano. Aunque ambos proyectos son importantes. (https://www.woi.economist.com/the-pros-and-cons-of-blue-tech-in-tackling-marine-plastic-waste/).  

En su podcast, Joe Rogan (https://www.youtube.com/watch?v=whRVyywTov4) le pregunta: “¿Cuánto tiempo le dedicas a este proyecto? ¿Es lo único que quieres hacer en tu vida?” Él contesta: “Me siento culpable cuando tengo tiempo libre, aunque las mejores ideas surgen cuando descanso. Trabajo de 9 a 9. En el último año no tuve ni un día libre, pero mereció la pena. Hemos avanzado mucho. La gente no se da cuenta de que el mejor recurso que tienen en su vida es el tiempo. Tienes que utilizarlo de manera inteligente. Creo que tenemos mucho más potencial del que la gente realiza en sus vidas. Si tan solo se dieran cuenta lo importante que es el tiempo…  Lo que quiero es solucionar problemas. Me pareció que las islas de basura eran un buen inicio.” Joe se ríe sorprendido y le pregunta: “¿Tú primer proyecto es resolver algo que nadie sabía cómo resolver? ¿Qué vendrá después?”

“Una de las dificultades que tenemos –le dice a Joe–, es que el sistema actual de la sociedad no es bueno a la hora de valorar objetivos a largo plazo que nos benefician en el futuro. Principalmente porque no es fácil ganar dinero con ello.”

Joe le pregunta si ha encontrado resistencia, sobre todo por su juventud. Él contesta: “No, realmente no, aunque desde el principio ha tenido detractores. Los primeros fueron los escépticos que piensan que no se puede hacer, pero la evidencia demuestra que si se puede. Después están los que ven los problemas morales, ya que estamos solucionando las consecuencias, no las causas. A estos les pregunto, ¿preferiríais que devolviéramos todo el plástico al océano? Dicen que no, por supuesto, y a partir de ahí comienzan a entender el valor de lo que hacemos. Otros piensan que los recursos pueden ser utilizados en proyectos más útiles. Una persona me dijo que el problema real es el cambio climático, solucionar el problema del plástico es tan solo una distracción. Bueno, yo pienso que hay muchos problemas que resolver.”

Termina contando como ve el mundo: “El ser humano nunca ha estado mejor a lo largo de la historia. Hemos progresado enormemente, en parte gracias a la evolución de la tecnología, las instituciones, y por nuestra habilidad de colaborar colectivamente en grandes números. Hay un lado negativo también, que se ve claramente en el medio ambiente… ¿Cómo resolvemos lo negativo? Una manera es la forma reactiva, consumir menos, pensar que las corporaciones son malas y la tecnología es mala, por lo que tenemos que deshacernos de ello. En parte lo veo en el movimiento medioambiental moderno, que ve de manera romántica el pasado. Antes vivíamos en armonía con el medio ambiente, deshagámonos de la modernidad, intentemos volver a un modo de vida pura. Yo creo que ver las cosas así es un poco irrealista. La gente quiere sus móviles y coches y al mismo tiempo no creo que sea la mejor manera de enfrentarse a estos problemas. Es como enfrentarse a un tanque con arco y flechas. La tecnología es un instrumento que expande las capacidades del ser humano. ¿Por qué no utilizar esas capacidades para resolver los problemas? Tenemos que aceptar esas fuerzas que nos hacen ser humanos en el presente, que han creado este mundo tan increíble. Para resolver los aspectos negativos de la evolución, por ejemplo, la sobre explotación del pescado, no se va a resolver volviéndonos todos vegetarianos. No es algo que parezca posible. No es lo que quiere la gente. Es más probable que se resuelva a través de la carne sintética. Los problemas de la contaminación generados por el transporte no se van a resolver porque dejemos de viajar en aviones o dejemos de ir a lugares. No es una forma de pensar realista, la gente viaja cada vez más. ¿Por qué no buscar soluciones en las que viajar no sea pernicioso para el medio ambiente? No son soluciones perfectas, pero son las soluciones que tenemos. Hemos de aprender de las cosas que hacemos bien, y aplicarlas para solucionar problemas. La innovación y la colaboración son nuestros aliados. No creo que estar en contra de algo sea una manera productiva de solucionar un problema, no nos mueve hacia adelante. Hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo, puedo protestar acerca de ello, pero prefiero construir un futuro mejor.”

Aqui os dejo algunos enlaces útiles:

https://marinedebris.noaa.gov/discover-issue/trash-talk

https://theoceancleanup.com/

https://thegreatbubblebarrier.com/en/

https://marinedebris.noaa.gov/

https://oceanconservancy.org/

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